Un grupo de voluntarios rusos e ingenieros del sector espacial ha lanzado un programa de recaudación de fondos para una nueva misión a la Luna. Tienen la intención de lanzar un satélite que pueda fotografiar el lugar del alunizaje de los módulos Apolo. La mayoría de los rusos sigue sin creer que los astronautas estadounidenses estuvieron en la Luna, y este proyecto, según esperan sus organizadores, ayudará a disipar las dudas.
El proyecto apareció en la red el 1 de octubre. Queda una semana hasta el final de la fecha de recaudación y los organizadores ya han conseguido reunir cerca de 22.000 dólares, casi el doble de lo que se anunciaba en la descripción del proyecto. En total hay más de 1.000 patrocinadores; uno de ellos donó 8.000 dólares de una sola vez.
La popularidad del proyecto entre los rusos se debe a lo que promete. Los organizadores aseguran que proporcionarán a la opinión pública imágenes de los lugares de alunizaje de los astronautas estadounidenses con una resolución que supera en tres veces la calidad de las imágenes de la NASA, 10 cm/píxel.
“Existe una disputa interminable sobre si los norteamericanos estuvieron de verdad en la Luna, y en concreto, si estuvieron allí los tripulantes del Apolo”, explicó a RBTH uno de los organizadores del proyecto, el blogger Vitali Yegórov. “La única forma de aclararlo en volando a la Luna y comprobándolo. Por ahora esto sólo lo han hecho los propios estadounidenses: fotografiaron los módulos lunares y sus lugares de alunizaje, y publicaron las imágenes con acceso libre. Pero no todo el mundo cree en su autenticidad”.
Una hucha para volar al espacio
Vitali se muestra convencido de que los norteamericanos estuvieron en la Luna. Pero el proyecto también tiene otra misión.
“Quiero mostrar que un grupo de personas es capaz de hacer realidad un proyecto espacial”, dice Yegórov. “Los jóvenes ingenieros que trabajan actualmente en el sector espacial no están satisfechos con el hecho de que todo lo que les encarga la agencia Roscosmos sea para orbitar alrededor de la Tierra. Ya son varias décadas así. En la industria de la construcción de vehículos espaciales se ha acabado con el principio del relevo generacional”.
Actualmente, en el proyecto han participado más de 20 jóvenes especialistas. La idea ha sido apoyada por la Comisión para la Lucha contra la Pseudociencia, de la Academia Rusa de las Ciencias y también por el Museo Ruso de la Cosmonáutica, que ofrece a los ingenieros entusiastas una plataforma para el debate. El astronauta de la NASA nacido en España, Miguel López-Alegría habló del proyecto ruso en Twitter.
¿A qué se destinará el dinero?
Por ahora, entre los especialistas del Instituto de Investigaciones Espaciales de la Academia Rusa de las Ciencias y de la Corporación Unificada Espacial y de Cohetes, la idea de los jóvenes especialistas sólo despierta sonrisas.
Actualmente el proyecto ni siquiera cuenta con un presupuesto concreto, que debe confeccionarse durante la primera etapa de creación de la aeronave.
En total habrá cinco etapas: desarrollo del proyecto y cálculo de la trayectoria de vuelo, diseño preliminar, preparación, lanzamiento del satélite, y el propio vuelo. Por ahora, los organizadores planean gastar todo el dinero recaudado –una cantidad muy modesta para los estándares de la industria espacial– en la primera etapa.
El hecho de haber superado la cantidad planeada les permitirá comenzar antes de tiempo el desarrollo de los primeros modelos de instrumentos y dispositivos del satélite y, si la cantidad de la recaudación consigue sobrepasar los 24.000 dólares, también de su ordenador de a bordo.
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